06 enero 2021
Las restricciones comerciales que produjo el Covid 19 hizo que el precio de los alimentos aumentara en todo el mundo. Entre ellos el maíz, un insumo fundamental, por ejemplo, para la cría de pollos, cerdos y vacas. Argentina es uno de los principales productores de maíz del mundo y, en especial en los últimos dos años, el rendimiento de ese cultivo ha tenido márgenes de ganancia extraordinarios para quienes lo producen.
Pero como la codicia parece, a veces, no tener límite, ni siquiera en ese escenario de bonanza fenomenal son capaces de pensar un poco en las necesidades del país y no solamente en su propio beneficio: como quieren cobrar por el maíz que venden en Argentina lo mismo que les pagan en el resto del mundo, el precio de insumo en el mercado local subió enormemente el los últimos meses, lo que encarece a su vez la producción de muchos alimentos esenciales.
La suspensión de las exportaciones tiene como objetivo evitar esa suba de precios. El maíz en Córdoba, Buenos Aires o La Pampa no puede costar lo mismo que en Europa. Y si el mercado no puede resolverlo, entonces el Estado interviene para garantizarlo, tan sencillo y razonable como eso.
Descontamos que el Gobierno Nacional no cederá ante las presiones - que cuentan con amplio aval mediático - y sostendrá su sana decisión de cuidar la mesa de los argentinos y las argentinas, que es el mandato con el que asumió. La medida adoptada va en ese sentido, por más que pataleen los mismos egoístas de siempre.