08

mar

Este 8M las y estatales paramos

Este 8M las y estatales paramos
#Actualidad

Les trabajadores y trabajadoras estatales mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries, organizades y sindicalizades paramos nuestros trabajos productivos y reproductivos.

Paramos como lo venimos haciendo año tras año desde aquel primer paro internacional feminista en 2017, porque nos sentimos orgulloses de ser parte de les trabajadores estatales que entienden a la organización gremial como única herramienta legítima para la defensa de nuestros intereses. Desde esa condición hemos sumado nuestra perspectiva de clase y nuestra fuerza al movimiento feminista nacional y popular que vuelve en este día a parar en unidad.

Paramos porque cuando la pandemia del COVID-19 puso en jaque al mundo entero, sobre nuestros hombros aumentó radicalmente la carga del cuidado de les menores sin escuela presencial, con clases y tareas virtuales dentro de nuestros hogares y de les adultes mayores a cargo, al igual que las tareas de gestión del hogar (limpieza, cocina, entre muchas otras) siempre conferidas a nosotras únicamente por razones de género.

Paramos porque aún teniendo escasos recursos tecnológicos y de accesibilidad, a veces contando sólo con un dispositivo por familia en el hogar, muches de nosotres y nosotras continuamos cumpliendo tareas mediante el trabajo remoto, haciendo malabares. Paramos porque en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) a les declarades esenciales presenciales, nos rechazan, desde el inicio de la pandemia, las licencias por cuidado de niñes y adultes mayores. Habiendo sido declaradas trabajadoras esenciales hemos perdido derechos.

El 70% de los trabajos relacionados a los cuidados dentro del Estado de CABA y Nación, los cubren las compañeras.

Paramos para afirmar que no vamos a poner el cuerpo para la vuelta al trabajo presencial si no están garantizadas las condiciones de seguridad e higiene para la protección integral de nuestra salud.

Paramos para exigir que se trasladen nuestras demandas al régimen de licencias y se garantice nuestra participación, de una vez y para siempre, en todos los ámbitos donde se discuten las condiciones e intereses de las, les y los trabajadorxs del Estado. Si somos esenciales para trabajar, que nuestros derechos sean esenciales.

SIN NOSOTRAS Y NOSOTRES NO HAY ESTADO NI SINDICATOS

Somos parte del movimiento feminista nacional, ejemplo a nivel mundial de capacidad política y de organización para la lucha movilizada en las calles. Somos parte del proceso estratégico con el que conquistamos el aborto legal, seguro y gratuito, uno de los derechos más importantes en la historia política y social de nuestro país. Así como también celebramos como una conquista la promulgación y próxima puesta en vigor en nuestro país del Convenio 190 de la OIT.

Sin embargo, nuestra potencia transformadora y nuestro capital político no se terminan de reflejar en nuestros espacios de trabajo y organización gremial. Se siguen sosteniendo situaciones de profunda injusticia y desigualdad.

Lo vemos cuando la mayoría de los puestos jerárquicos y de conducción sindical siguen siendo ocupados por varones cis. Lo vemos cuando se nos asigna el rol de únicas cuidadoras en los ámbitos familiares, lo que impide el desarrollo de nuestras carreras profesionales en el Estado y trayectorias políticas dentro de nuestro sindicato y cuando se nos somete a un régimen de licencias que nos penaliza económicamente y perpetúa las desigualdades de géneros. Finalmente lo vemos cuando, con total indiferencia y brutalidad, el sistema judicial en lugar de garantizarnos protección nos estigmatiza, nos abandona y muchas veces nos condena a la muerte.

RESPONDAMOS A ESTE LLAMADO HISTÓRICO

El Estado tiene que generar dispositivos de reconocimiento del trabajo doméstico para generar igualdad. Medidas que apunten a modificar la distribución de las tareas tanto al interior del hogar como en el mercado de trabajo productivo. Incentivar la participación de las mujeres y disidencias en sectores económicos antes vedados, e incluir a los varones cis en actividades domésticas, que apunten a deconstruir roles y estereotipos de géneros. La brecha salarial y la desigualdad de géneros no desaparecerán mientras el trabajo de las mujeres dentro del hogar y las tareas de cuidado no sean reconocidas fuera del ámbito privado. Debemos cuestionar los privilegios que consolidan a los varones cis en roles de mayor jerarquía, debemos presionar para que el Poder Judicial incorpore, de una vez por todas, perspectiva feminista. Debemos responder a este llamado histórico, por eso este 8M exigimos:


        Discusión paritaria y del régimen de licencias con perspectiva feminista.

        Formación y sensibilización permanente contra la violencia machista. Aplicación de la Ley Micaela en los tres poderes del Estado y en las Fuerzas de Seguridad.

        Protocolos de actuación por violencia de género en todos los organismos.

        Implementación efectiva del cupo laboral travesti - trans en todos los organismos. Acompañado por programas de formación, sensibilización e integración al trabajo formal.

        Creación de un sistema nacional de cuidados con perspectiva de géneros que garantice la corresponsabilidad.

 

MÁS FEMINISMO, MÁS IGUALDAD, MÁS DERECHOS

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