11 noviembre 2021
El 14 de noviembre se vota en nuestro país. Es un momento importante: el resultado de la elección afectará de forma decisiva nuestra vida. Por eso mismo es que debemos votar con responsabilidad.
Somos conscientes de que el voto es una decisión y un ejercicio individual. Lo que es colectivo es el debate público previo. Y por eso, respetuosamente, queremos compartir algunas opiniones sobre el proceso electoral con nuestras compañeras y nuestros compañeros que trabajan en el Estado. Solamente queremos presentar una voz más, de las muchas que van a escuchar, para decidir el voto.
Sabemos por nuestra experiencia reciente que con los gobiernos de Cambiemos y la UCR los y las estatales sufrimos. Nos despidieron, nos licuaron el salario, nos agraviaron de las más diversas formas y nos dejaron sin tareas. Hasta llegaron a recortarnos el 13 % de nuestro salario por decreto. Detrás de los buenos modales y las campañas profesionales, el Estado para ellos es un gasto y nuestro salario es el “principal problema”.
Junto a ellos, los “libertarios” piensan lo mismo y lo comunican a los gritos. Construyen una idea en la que “libertad” es sinónimo de desprotección de los que necesitan ser cuidados y en la que las personas que trabajan en el Estado son parásitos. El griterío en los canales de TV es un espectáculo para distraernos de su verdadero objetivo: que los grandes empresarios dejen de pagar impuestos, lo que termina en el desfinanciamiento del Estado, en el empobrecimiento de las políticas públicas y en el castigo a las y a los estatales.
Por el contrario, el Frente de Todos pretende avanzar en el camino del desarrollo y la inclusión social y para ello el Estado, lejos de ser un obstáculo, se vuelve central. El Estado es la principal herramienta de la transformación y por lo tanto nuestro trabajo es imprescindible. Por eso, entre otras muchas razones - entre las cuales se encuentra nuestra historia e identidades- es que votamos al Frente de Todos.
Dicho esto es necesario señalar que, como estatales, nuestras expectativas con el gobierno eran y son mayores. Seguimos teniendo compañeros y compañeras con salarios que no superan la línea de la pobreza, las respuestas para resolver la falta de estabilidad en el empleo público se caracterizan por una prudencia sofocante y las desigualdades hacia adentro de la administración pública se incrementan. Aún más preocupante es la situación de los trabajadores y las trabajadoras municipales a lo largo y ancho de nuestro país.
Pero la crítica, aunque válida, no nos impide ver que para los y las estatales la mejor opción es votar al Frente de Todos en cada uno de los distritos, porque confiamos en que el Gobierno va a mejorar y porque en este Gobierno encontramos un actor que nos pone en valor y nos toma como interlocutor válido. Pero, además, porque el escenario de una eventual victoria del neoliberalismo es lo suficientemente sombrío como para dudar. Por lo demás, lo de siempre: afiliarse a ATE y redoblar el esfuerzo, trabajando para recuperar los derechos postergados y construir el Estado que nuestra patria necesita.